Domesticar lo salvaje
Pocas especies animales logran convivir exitosamente ante estos procesos
La domesticación es un proceso por el cual una población de animales se adapta al ser humano y al ambiente de cautiverio, mediante una combinación de cambios genéticos ocurridos a lo largo de generaciones, y eventos del desarrollo que han sido inducidos por el ambiente y que son recurrentes en cada generación, es decir es un proceso evolutivo por el cual una población animal se adapta a vivir bajo cautiverio del ser humano.
Muchos expertos de las ciencias animales, especialmente de las que tienen que ver con la producción, opinan que la domesticación solamente ocurre porque el hombre decide domesticar una especie animal, pero eso no es cierto. En muchos casos, los animales fueron domesticados porque el ser humano así lo decidió, pero existen pruebas de procesos de domesticación en que no hubo intencionalidad humana, por lo menos no inicialmente.
Una de las investigaciones más llamativas sobre este aspecto de la domesticación de animales la llevaron a cabo los biólogos Raymond y Lorna Coppinger. Estos científicos estudiaron por muchos años la relación entre humanos y perros, y llegaron a la conclusión de que la domesticación del perro se debió a la aparición de nuevos nichos ecológicos y no a que el ser humano haya decidido domesticar a ese animal.
Antiguamente se creía que esto no podía ocurrir y que un animal doméstico moriría si es dejado a su suerte sin la ayuda del ser humano. Sin embargo, se han dado muchos casos de animales domésticos que han vuelto a ambientes naturales y han podido prosperar en ellos. Eso no significa que los animales involucionan (vuelven a las formas y conductas de sus ancestros salvajes), sino que evolucionan en nuevas poblaciones, subespecies o especies con nuevas adaptaciones morfológicas, fisiológicas o conductuales que les permiten sobrevivir en ambientes salvajes.
La domesticación no se llevó a cabo al mismo tiempo en todo el mundo. Se estima que hacia 9000 a. C. se inició la revolución neolítica , en la cual el hombre empezó a sedentarizarse, como consecuencia de la práctica de la domesticación y posteriormente de la agricultura . Esto sucedió en el Cercano Oriente . Posiblemente, el primer animal doméstico fue el perro hace aproximadamente 15.000 años.
Los cazadores de los tiempos prehistóricos, estuvieron acostumbrados a acercarse a algunos cachorros de los animales salvajes, con propósitos rituales o por simple diversión. Desde la prehistoria, el hombre ha permitido al perro frecuentar su vivienda, recompensándolo con los desperdicios de su cacería y con los desechos de sus comidas.
En las condiciones de desecación climática del Neolítico, el agricultor tuvo oportunidad de agregar a su familia no sólo cachorros aislados, sino los restos de rebaños o manadas completas, comprendiendo animales de ambos sexos y todas las edades. Se dio cuenta entonces de la ventaja de tener un grupo de estos animales rondando en las cercanías de su vivienda, como una reserva de caza que podía usar con facilidad. De este modo, el ser humano conoció los beneficios de la domesticación de ciertos animales.
En un principio las bestias mansas o domesticadas únicamente eran consideradas como una fuente potencial de abastecimiento de carne, como una caza fácilmente accesible. Más tarde se descubrieron otras maneras de servirse de ellas. Por ejemplo: el estiércol como fertilizante, el pelo de ovejas y cabras como lana, su uso para tiro y carga.
Los primeros animales domesticados no eran muy variados: perros, ganado vacuno, ovejas, cabras y cerdos. Más tarde se domesticó la gallina.
Un caso interesante de este proceso de pérdida de domesticación, se encuentra en el dingo. Se piensa que el dingo es el descendiente de perros domésticos, que evolucionó hasta convertirse en un perro salvaje con características propias. Algo similar puede estar ocurriendo en muchos lugares del mundo con las jaurías formadas por perros domésticos abandonados pero que han logrado sobrevivir sin la ayuda del ser humano.
Actualmente en el extranjero existen muchos casos en los cuales se ha realizado el proceso de domesticación de animales salvajes, Daisy Mae es una cerdita enana vietnamita que la tratan como cualquier miembro de la familia en West St. Paul Minesota. En Novosibirisk, Siberia hay un afortunado zorrito que es tan dócil como un perrito faldero. Los gatos asilvestrados merodeaban las calles de Baltimore, se cree que estos son los únicos animales que se domesticaron por sí solos y acercándonos más hemos visto casos en Costa Rica en donde se practica la cría de búfalos de agua que son considerados animales de triple propósito por su potencial, y desde su domesticación se utilizó para la producción de leche, carne y para el trabajo.